Comenzaste en los años 90, en talleres artesanales. ¿Crees que empezar en esta profesión cuando las nuevas tecnologías eran casi ciencia ficción te da una perspectiva diferente a la hora de abordar un proyecto?
Indudablemente. El haber entrado en contacto con el diseño profesional cuando todavía faltaban un par de años para que el Mac llegara a nuestras mesas e internet todavía sonaba a novela de Asimov, me permitió asumir unas cuantas lecciones inolvidables.
Muy pronto entré en contacto con la publicidad y pasé una temporada de doce años aprendiendo branding. Aquellos departamentos creativos eran para quedar hipnotizado: mesas con paralex y flexo, enceradora, cutter, grafos, lápices, pliegos de cartulina y la repro ampliadora con sus cubetas y líquidos de revelado. Para los textos corríamos a un taller de fotocomposición para que nos revelaran en papel las galeradas. La fotografía digital era una quimera, las fotos eran ampliaciones de diapos en cibacron. Primera lección: no existía margen de error.
En aquel momento solo disponías de lo que llevaras contigo y a la vanguardia accedías a través de revistas y congresos. La visita a la tienda de discos de vinilo con sus impactantes portadas era un festín. Segunda lección: ver donde parece que no hay nada. Cuando llegaron los primeros Mac acompañados de escáner Agfa de sobremesa y acceso a internet… diseñar se convirtió en un festival.
Ahora estamos en un momento electrizante: trabajamos mirando el mismo bucle, en el mismo sitio y con la misma tecnología; diferenciarse es todo un reto. Hace poco, Stefan Sagmeister comentaba la importancia de crear tus propias herramientas y de alejarse de todo para conseguir la distancia que te revele lo que tú puedes aportar. Volvemos sobre nuestros pasos. Tercera lección: la idea siempre aguarda en el mismo lugar, junto a la rebeldía.
En alguna ocasión has afirmado que la pasión y la cercanía con el cliente son básicos en tu trabajo. ¿Hasta qué punto la proximidad y la sintonía condicionan el resultado final?
Estos proyectos que parten de un briefing detallado y realista, en los que existe confianza en el criterio del diseñador, ya es un buen punto de partida. Si además existe una disposición a colaborar, a ser transparente, la visión del diseñador se amplía y concreta influyendo positivamente en el resultado, con un punto de encuentro entre el riesgo y lo cabal. El proceso de creación, entonces, se vuelve una experiencia apasionante, de la que todos pueden decir que han formado parte. Y eso está muy bien.
El marketing, la publicidad y el diseño son cada vez más valorados en los departamentos de comunicación de las grandes firmas, pero también son servicios demandados por las empresas más modestas. ¿Esta tendencia también se percibe en Galicia o vamos contracorriente?
En Galicia la realidad del diseño se vive en la arena, con presupuestos realistas, objetivos concretos y plazos a contrarreloj. Proyectos para clientes con diferente poder de inversión en los que la misión es ayudar a vender, no hacer cosas lindas para compartir con los amigos. Unos tienen más margen de creatividad y otros menos. El empresario gallego es perfectamente consciente del valor que el diseño puede otorgarle a su empresa, pero todavía no lo considera una prioridad ¿qué falta? un impulso de prestigio que ponga la profesión en su lugar, ya que gracias a su influjo gira la sociedad de consumo.
Aseguras que a la inspiración hay que llamarla, ¿no crees en las musas?
Por supuesto que creo en el arrebato inspirador, en la idea brillante que aparece mientras lees a Murakami en duermevela. Pero lo habitual es diseñar para el jueves un catálogo, displays, cartelería y la animación de una nueva colección de gafas, por ejemplo. Y las fotos te las entregan el lunes. No puedes perderte: procesos que deberían extenderse un par de meses, se hiperaceleran y comprimen en tres días. Entonces la inspiración la buscas con tus propios resortes y atajos. Y, siempre, contrastar con personas inteligentes que no tengan nada que ver con el diseño.
¿Qué os diferencia del resto de los estudios de diseño?
Los clientes siempre dan la respuesta: cuando hacemos por primera vez un proyecto, dicen que han vivido una experiencia enriquecedora no solo desde el punto de vista empresarial. Intento convencer con argumentos para dar el salto y no un paso. La mayoría repite y muchos llevan años con su departamento de marketing fiel a mi estudio. Escucho, comprendo, me pongo en su lugar y consigo apasionarlos hablando un lenguaje claro y sobre todo: poniendo sobre la mesa un know how de treinta años de experiencia.
¿Destacarías algún proyecto por su complejidad o relevancia?
Todos tienen su lugar, su complejidad y su radio de acción. Ahora, por ejemplo, estamos implantando la identidad de 35.ESAV, la Escuela Superior de Artes Visuales que está comenzando a andar en Vigo. Un proyecto necesario, apasionante y que en breve será referencia para los amantes de la fotografía y el cine.
¿El diseño gráfico atraviesa un buen momento?
Un gran momento. ¿Cómo no va a serlo? La capacidad de información e intercambio es ilimitada y la evolución tecnológica nos permite construir sueños. Las nuevas generaciones llegan con todo el escenario montado, solo tienen que sentarse y empezar a divertirse en la seriedad. Solo hace falta lo de siempre: una mente.
¿Eres optimista respecto al futuro del sector? ¿Cuáles crees que deben ser las próximas metas?
Mientras el diseño no sea aceptado popularmente como factor tan indispensable para la gestión de una empresa como lo son la administración o el departamento comercial, todavía quedará mucho camino por recorrer. Paradójicamente, aún existe un elevado porcentaje de escepticismo en relación a la eficacia del diseño y se sigue metiendo en la columna de gastos, cuando nuestras vidas están cada vez más rodeadas de diseño. Pero soy optimista, las cosas están cambiando.
¿Cómo valoras la labor del Clúster da Comunicación Gráfica de Galicia?
Vuestra existencia como Clúster es fundamental para conseguir retos como los comentados. Solos, uno a uno, no se avanza. Juntos, haciendo labores como la vuestra, es el camino para que el sector crezca y se expansione.